Carta a María Manuela de Baeza (Córdoba, 10.enero.1877)


Rafaela María se alegra del actuar de Dios en las personas y anima a su amiga a continuar entregándose sin reservas al Señor.

Mi muy amada en Jesús: He tenido mucho gusto en ver su letra: ¡cómo veo el Espíritu del Señor obrar en nuestros corazones! Démosle muchas gracias por su bondad y entreguémonos sin reserva a Él, que Él todo lo facilitará.
¡Qué felicidad se experimenta en su servicio!, ¿es verdad? Esto no quiere decir que no haya cruces; las hay y muy punzantes; pero yo creo que éstas, si Jesús las toca con su preciosa sangre, se vuelven dulces...
Ruegue a nuestro Señor por mí mucho; yo lo haré por usted, aunque indigna. Anime a Ana, hasta que llegue el día, si es voluntad de Él, que juntas lo amemos y sirvamos con santa emulación, y ayudadas unas por otras lleguemos al dichoso término. Esto desea su sierva.
María del Sagrado Corazón de Jesús.